Mi último viaje

Fue el último beso. Aunque no quisiste que se quedara con ese recuerdo.

 Revives aquel instante y tu memoria te hace ver aquella imagen como si de una fotografía se tratase.

 Mientras vas en el autobús, escuchando la música que suena en la radio, no puedes dejar de pensar que harás cuando la vuelvas a ver. Han pasado tantos años y tantas cosas desde la última vez que os visteis.

 Intentaras no quedarte perdido en el abismo de sus ojos negros, más es muy difícil que no lo consigas. Aún sigues pensando en sus ojos y que precisamente fue eso lo que te enamoró.

 Su perfume, magnifica esencia que no era más que la prolongación de su piel, ahora inunda tu nariz. No quieres que vuelva su recuerdo a tu mente, sin embargo todo te lleva hacia ella. Evocas el tacto de su piel, siempre tan suave, que tus manos parecían un pez que se resbalaba.

 No fue fácil localizarla. Recordabas perfectamente su nombre y apellidos, pero no contabas que su estado civil había cambiado. ¿Cómo te recibirá? ¿Seguirá casada? Seguramente que si. No puedes evitar pensar en como la perdiste, como se fue de tu lado. Si ahora pudieras hacer algo, pero ya es tarde, perdiste la oportunidad que ella te dio. Ella quería tener un hijo, más tu  no estabas por la labor. Nunca te pareció un buen momento. Necesitaba ese compromiso por tu parte, su reloj biológico se había activado, aunque tu no te habías dado cuenta de que en realidad, ella quería ver el reflejo de vuestro amor en ese hijo tan ansiado por ella. Pensaste que tendríais tiempo más adelante. No quisiste escuchar todas las razones que Teresa puso encima de la mesa.

 Tu también has rehecho tu vida a lado de una mujer de la cual nunca sabrás sus verdaderos sentimientos. Delia no quiso tener hijos, lo cual te alegró enormemente. No tendrías ningún lazo te uniera a ella eternamente, tan solo el día a día. Aun así no podías sacar de tu cabeza la imagen de Teresa, su largo pelo negro, su piel blanca, casi tan transparente que se podían leer sus sentimientos a través de su cuerpo.

 Abres con sumo cuidado la libreta donde has apuntado la dirección exacta. Imaginas una casa señorial, por lo menos con dos pisos. Un porche bastante amplio con un banquito blanco para sentarse y un gran jardín con una gran variedad de flores. Recuerdas que a Teresa le encantaban las flores, así que comprarás algunas, así no podrá decirte que no a lo que la tienes que proponer.

 Por fin llegas a tu destino. Un pueblo grande, habrá crecido en los últimos años. No lo recordabas así. Cuando te marchaste tan solo había una docena de casas alrededor de la iglesia. No encuentras a nadie conocido, así que sacas de nuevo la libreta con todas las anotaciones que has ido haciendo a lo largo de los meses que duró tu investigación para encontrar a Teresa. Recorres las calles del pueblo y nadie sabe darte la dirección exacta. Das muchas vueltas hasta que alguien te dice que tienes que salir del pueblo. Que lo que estás buscando es la residencia que hay en las afueras del pueblo.

 Eres consciente de que tardarás en llegar. Tus piernas ya no son tan ágiles y el no saber que es lo que vas a encontrar te genera desconcierto. Por un momento piensas en rendirte. Pero no, ya la perdiste una vez y no estás dispuesto a irte con las manos vacías. Es posible que puedas tocar su piel, u oler su perfume, aunque tan solo te conformas con que ella escuche lo que has venido a contarle.

 Es de noche, así que dormirás en el pueblo. En aquella pensión. Tienes sueño y hambre, así que buscas alguna taberna en la que te puedan poner un chato de vino y algo de queso con un mendrugo de pan. Ya no comes como antes, además los nervios por ver a Teresa te han cerrado el estomago.

 Te acuestas pensando en ella, y como es normal sueñas con ella. Esperas que su imagen corresponda con su recuerdo.

 Por la mañana te levantas, te cambias de muda y le preguntas a la señora que está en la recepción del hotel si alguna manera de llegar a la dirección que escribiste en tu cuaderno. La señora, muy amablemente, te ofrece su coche. Ahora te lamentas de no haber renovado la licencia para conducir. El chaval que estaba en la puerta de la pensión, te puede llevar. Miras sus ojos y ves en ellos la imagen de Teresa. Cada vez estás más cerca de ella, por esa razón la ves en todas partes.

 El trayecto no dura más de diez minutos, aún así eres capaz de mantener una conversación razonable con aquel chico. Le cuentas que estás buscando a la mujer de tu vida y el muchacho sonríe. Te das cuenta y te ruborizas. Le das las gracias y te despides sin más.

 Creíste que se trataba de un error, pero no. Efectivamente era una clínica. Entras y preguntas por Teresa Ceballos.

 Te dicen que se encuentra en el salón que hay al final del pasillo. Cuando entras, buscas su melena negra, no aparece. Tan solo el color de sus ojos es lo único que no ha cambiado. Saludas a Teresa, pero no te reconoce. Coges sus manos para descubrir que ya no es tan fina y delicada como recordabas. Intentas que se acuerde de ti diciendo tu nombre y contando anécdotas de vuestra juventud. Parece que te reconoce, pero no tiene claro porque estás ahí.

 Ahora lo tienes claro, comentas. Te has dado cuenta de que si quieres tener un hijo, y que por supuesto ella tiene que ser la madre. Ella te sonríe y piensa que has venido para burlarte de ella. La dices que ya es el momento, que nunca la has olvidado. Ella saca de su bolsillo una cartera roja, la abre y te la muestra. En cada uno de los apartados puedes observar varias fotografías. Eran sus hijos, los que no había tenido contigo.

 Te lamentas, pero no puedes hacer nada. Cierras la cartera roja y se la devuelves a Teresa. Te marchas. El chico que te había llevado hasta la residencia te estaba esperando. Intuía que no ibas a tardar más de diez minutos y supuso que tendrías que volver al pueblo, al menos para coger el autobús de vuelta a tu casa. No lo pensaste ni un momento. Le abrazaste, le diste el abrazo de padre que te hubiera gustado darle a tu hijo, más te conformaste con el abrazo del hijo de Teresa.

 

 

 

13 comentarios en “Mi último viaje

  1. lollipophiddendreams dijo:

    HOla!! acabo de empezar por este mundo y eres de los primeros blogs que encuentro, empezaré a cotillear y a leer mas cosillas, porque lo poco que he leido me ha gustado mucho.
    Sigue así! un abrazzito

    • hollyhobbie29 dijo:

      Gracias por tu apoyo!!! Siempre es bueno que la gente vaya conociendo el blog. Me alegra un montón de que te guste!!! Prometo que me pasaré por el tuyo.
      Un beso y nuevamente gracias por elegir mi blog para leerlo!!!

Replica a Narayani Cancelar la respuesta